Nombre:
Javier Arias-Borque.
Lugar y fecha de nacimiento:
Madrid, un día del siglo pasado.
Vocación:
Multimillonario. Me hubiera gustado pasar el día flotando en una colchoneta en la piscina con una cocacola bien fría en la mano. O viajando por todos los rincones del mundo. Pero la realidad es tozuda.
Profesión:
Periodista.
Aficiones:
Viajar, viajar y ver partidos del Rayo.
Tres libros imprescindibles:
Cualquiera sobre historia, conflictos bélicos o geoestrategia.
Tres películas:
La saga de El Padrino, Casino y Black Hawk: derribado. También me lo paso bomba viendo pelis de serie B sobre catástrofes naturales, invasiones alienígenas o animales que devoran pueblos perdidos.
Tres canciones:
Música disco de los 90.
Una serie de TV:
Hermanos de Sangre, El Ala Oeste de la Casa Blanca, V (la versión original, no el remake de hace unos años).
Un cuadro:
La rendición de Breda, de Velázquez.
Un buen plato de comida:
Cuando tengo hambre devoro casi todo. Eso sí, las hierbas y forrajes verdes, cuanto más lejos, mejor.
Un lugar:
El planeta está lleno de lugares que hay que visitar.
Un personaje histórico:
Carlos Martel.
Un acontecimiento histórico:
La caída del Muro de Berlín y del bloque soviético.
El mejor político de la actualidad. ¿Y del resto del mundo?
Pido el comodín de la llamada, o el del público, o cualquier otro comodín...
El peor. ¿Y del resto del mundo?
Cualquier populista.
Mi mejor momento profesional:
Cada vez que viajo con las Fuerzas Armadas a sus misiones en el exterior. Echar pie a tierra en Afganistán, Mali, República Centroafricana, Líbano… Soy como un niño con zapatos nuevos.
El peor:
La aprobación del Plan Ibarreche en el Parlamento vasco. Ver a semejante personaje leyendo una carta de Josu Ternera dando su bendición al que fue el primer desafío serio a la unidad de España.
Mi principal virtud:
Todas y ninguna. Acumulo un poco de todo en pequeñas dosis, como todo el mundo.
Mi peor defecto:
Eso es mejor que lo contesten otros.
Mi gran asignatura pendiente:
Visitar todos los países del mundo. He estado en unos cuantos, pero quedan muchísimos...
¿España va a ir bien?
Esperemos...