Del liberalismo al repliegue identitario
La forma de comprender la identidad judía es inseparable de la forma en la que Occidente se comprende a sí mismo.
Uno de los ensayos más luminosos de este nuevo libro de Rosa María Rodríguez Magda analiza la evolución de la posición del judaísmo en Occidente. Aunque parezca obvio, conviene repetir una premisa: sin el judaísmo, lo que llamamos Occidente –hoy democracias liberales– no existiría como lo conocemos. Eso sí, cuando Occidente era fuerte, los judíos fueron muchas veces considerados una comunidad extraña, incluso hostil: hostil a los nuevos Estados-nación, a la tradición cristiana occidental o al surgimiento del nacionalismo, a finales del siglo XIX (aunque está por ver si en este último caso Occidente se sentía fuerte). Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando una parte del pensamiento occidental se esfuerza por integrar el Holocausto en su historia y su identidad, los judíos son considerados víctimas, pero más tarde, al haber sido reivindicado como una clave de Occidente, los judíos pasan a ser tan culpables como este, un Occidente eurocéntrico, capitalista, colonialista y (neo)liberal… Al final, Israel se convierte en la perfecta figuración del Mal, ya sea porque representa la esencia misma de lo occidental o bien –esto lo añado yo– porque los judíos encarnan de nuevo la representación del cosmopolitismo que amenaza, supuestamente, la identidad de Occidente.
En realidad, la forma de comprender laidentidad judía es inseparable de la forma en la que Occidente se comprende a sí mismo. Y por eso mismo, como a lo largo de todo su libro, la autora recomienda "prudencia y ponderación", es decir evitar maniqueísmos y juicios apresurados. Es lo que ella misma practica en este conjunto de ensayos de tema muy variado, desde una reexposición del debate Camus-Sartrey una lúcida reflexión sobre el legado del 68 hasta el populismo actual. Lo ha titulado, con una referencia irónica a uno de eslóganes más famosos de aquella revolución, De playas y espectros.
Por una vez, un libro de recopilación de ensayos es bastante más que un florilegio y permite descubrir, de una forma particularmente elegante y amena, sin abrumar con provocaciones, consignas ni 'boutades', algunos elementos fundamentales del actual debate político y cultural.
Una de los hilos conductores del libro es el intento por entender cómo el liberalismo se ha transformado, en menos de medio siglo, en la exaltación de la identidad comunitaria. Cómo el individuo, que había entrevisto la posibilidad de la omnipotencia, sacrifica voluntariamente esa libertad en el altar de la comunidad. Y cómo el multiculturalismo, que en un momento fue la transferencia a la cultura del pluralismo político, se ha convertido en una ideología –Mathieu Bock-Côté lo ha llamado "religión política" en un magnífico libro– que lleva derechamente al repliegue identitario.
La respuesta a este hecho tan propio de nuestro tiempo exige reevaluar el significado del liberalismo, y en particular lo que aportó la revolución antiautoritaria de los años sesenta y setenta (el 68, en una cifra), algo que María Rosa Rodríguez Magda hace con finura, sin intentar echar por la borda algo que ha creado nuestro mundo –intelectual, cultural y político–. También requiere entender el significado de la identidad comunitaria y sopesar si no sería mejor intentar ver cómo el legado liberal de Occidente, el que pone el acento en la libertad, la igualdad y la autonomía, resulta inconcebible sin esa cultura previa en la que surge, y en la que desempeñan un papel crucial el cristianismo y el judaísmo.
Quien esto escribe se enfrentó al mismo problema, aunque en otros términos, al intentar comprender cómo el patriotismo, es decir el amor y la lealtad al propio país, definido en términos no específicamente políticos, es no sólo compatible sino necesario para la supervivencia de la nación política, entendida esta como el régimen democrático y constitucional que en nuestro país toma la forma de Monarquía parlamentaria.
María Rosa Rodríguez Magda, de entre los pensadores más brillantes de nuestro país, se ha enfrentado con éxito la tarea de aclarar la condición moderna (lo que ella ha llamado "transmoderna") y, entre otras cosas, el lugar del Islam en la cultura española (con Inexistente Al Ándalus). Aquí ofrece una síntesis extraordinaria de su trayectoria. Por una vez, un libro de recopilación de ensayos es bastante más que un florilegio y permite descubrir, de una forma particularmente elegante y amena, sin abrumar con provocaciones, consignas ni boutades, algunos elementos fundamentales del actual debate político y cultural.
Rosa María Rodríguez Magda, De playas y espectros. Ensayo sobre pensamiento contemporáneo, Valencia, Pre-Textos, 2017.
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