Gobernar contra la Ley y el Parlamento
La presentación de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma vasca por el Gobierno de Ibarretxe confirma una vieja evidencia: el PNV, refractario a cualquier elemental concepto de democracia, gobierna contra el Parlamento. Lo hizo antes de las elecciones de mayo de 2000, cuando fue abandonado, sólo parlamentariamente, por su socio Batasuna, y la oposición trató denodadamente de cambiar en Vitoria la política etnicista y excluyente del partido fundado por Sabino Arana. Y, después de lo que llaman el "gran éxito" de aquellas elecciones, lo sigue haciendo para constatar una doble evidencia: su falta de apego a la democracia representativa y la realidad electoral, ya que sólo superó, coaligado con EA, a los no nacionalistas por un puñado de votos. Ahora, los más extravagantes e ilegales Presupuestos se presentan en la sede parlamentaria sin apoyos suficientes, es decir, se abandonan aparentemente adelantando la acusación de que si la oposición no pasa por el aro -como no pasó afortunadamente con los del año en curso-, serán los culpables del fracaso por su "obstruccionismo", su "inmovilismo" o cualquier otra acusación tan falsa como victimista.
Pero hay una trampa debajo de la indudable indecencia parlamentaria. El PNV da sus puntadas con el hilo de las elecciones municipales del próximo año y prefiere un procedimiento similar al del 2002. Primero, hacer imposible el acuerdo presupuestario con los no nacionalistas, lo que asegura los fondos para su política totalitaria. Segundo, no abrir una negociación directa con Batasuna para anestesiar a una parte de sus votantes, poco amiga de aventuras no aseguradas previamente. Tercero, el absurdo -absurdo, pero práctico- de aprobar con el apoyo de los etarras partidas concretas del proyecto secesionista y convertirse en el partido guía de un proceso que se ha convertido en su única prioridad.
A esa indignidad -e ilegalidad- pertenece la previsión presupuestaria de materias no transferidas. Y hay que señalar que no han sido transferidas porque no están contempladas en el Estatuto o porque no lo están del modo en que dogmáticamente el nacionalismo vasco las reclama. En el reino de la mentira, si el Parlamento no vale sino cuando le da la razón, nadie puede pretender que los mentirosos se fueran a parar ante la Ley. Sólo queda obligarles.
Número 13-14
X Jornadas Liberales Iberoamericanas
Mesa redonda sobre inmigración
Intelectuales
Varia
Ideas en Libertad Digital
- El precio de la viviendaAlberto Recarte
- ¿Nacionalismo bueno?Germán Yanke
- Aznar también arría la bandera de EspañaFederico Jiménez Losantos
- Estragos de la necedad judicialGuillermo Dupuy López
- ¿Por qué cayó el senador McCarthy?César Vidal
- La pasión turca de GiscardJuan Gillard López
- Elecciones y alternanciaCarlos Semprún Maura
- La Rusia de las mafiasAlberto Benegas-Lynch (h)
- Libre comercio en beneficio de los pobresRobert A. Sirico
- El gobierno encarece los medicamentosGary S. Becker
- Las prostitutas no quieren pagar impuestosFrancisco Cabrillo
- Los mejores espías del "padre" StalinVíctor A. Cheretski
- Antisemitismo: coser y matarCarlos Semprún Maura
- El fracaso de la izquierdaLuis Henrique Ball
- Otros financiadores de GaraLuis y Daniel Portero de la Torre
- De Otegi a JatamíLucrecio
- Alternancia o cambalachesGermán Yanke
- La pareja (de hecho) de la Guardia CivilFrancisco Cabrillo
- Grameen, el banco de los pariasJosé García Domínguez
- Gobernar contra la Ley y el ParlamentoGermán Yanke
Reseñas
- Con la verdadJavier Gómez de Liaño
- Una biografía excepcionalGermán Yanke
- El monstruo de la éticaSagrario Fernández Prieto
- La fascinación del éxito naziCésar Vidal
- Eso no se diceRubén Loza Aguerrebere
- Una crónica del futuroF. Javier Gómez Martínez
- Crimen en EscociaEncarna Jiménez
- Una radiografía del terror amparado por el PNVJulio Vidorreta