Parásitos de las libertades
Una servidumbre del sistema de libertades es la necesidad de soportar a quienes lo utilizan con el fin de destruirlo. Los marxistas lo explicaban así, más o menos: "La burguesía consiente libertades hasta que el movimiento obrero cobra fuerza y amenaza su poder. Entonces viene la dictadura, el fascismo". El comunismo, claro, llama "movimiento obrero" a un conjunto de reivindicaciones y conflictos sociales admisible en el sistema de libertades, pero que aquél se empeña en empujar contra el propio sistema y en pro de la dictadura, empleando la demagogia.
Bastantes enemigos de los totalitarismos caen en la trampa lógica de admitir el dominio de los comunistas, por ejemplo, si éstos alcanzasen mayoría de votos. Debido confusiones parecidas, la resistencia a los totalitarios ha sido a menudo vacilante. Pero las libertades políticas son un logro humano alcanzado penosamente en los últimos siglos, resultado de la creciente complejidad de las organizaciones sociales y de la reflexión ética y política. Un logro siempre amenazado y parasitado por quienes desean algún tipo de despotismo como solución simple a los problemas y conflictos propios de sociedades tan complejas como las actuales. La anulación de las libertades no puede someterse a votación, como no puede someterse a votación un supuesto derecho al robo. Es preciso tolerar a grupos liberticidas, pero si alguno de éstos conquistase o estuviese cerca de conquistar el poder, la rebelión o una enérgica actuación preventiva sería legítima y obligada, por mucho que aquellos consiguiesen gran número de votos, como los consiguió Hitler en su momento.
Tenemos ahora ante nosotros una situación semejante. En Vascongadas gobierna un partido, el PNV, con aspiraciones totalitarias visibles ya en su pretensión de representante único y auténtico de "los vascos". Bajo ese gobierno, el asesinato se ha convertido en instrumento político aceptado (el PNV lo ha explotado sistemáticamente para avanzar en su dominación social), y la democracia apenas subsiste. Algo parecido, aunque con menor intensidad, cabe decir del nacionalismo catalán. Ello es, en parte, el fruto envenenado de muchas claudicaciones y concesiones equivocadas por parte de quienes debieran haber actuado con más energía y convicción. Por suerte, está habiendo una reacción del Gobierno y de quienes, defendiendo la libertad contra el crimen, defienden también el honor de los vascos frente a quienes usurpan cínicamente su nombre e intereses.
Hoy, tras un siglo de existencia de los nacionalismos vasco y catalán, podemos observar un panorama global. Esos nacionalismos han surgido y crecido en los períodos de libertades, parasitándolas y, junto con otros partidos, desestabilizando el sistema y llevándolo a crisis sucesivas que acabaron por dos veces en dictadura, una de ellas tras una cruenta guerra civil. Bajo las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco, en cambio, los nacionalismos apenas hicieron oposición o resistencia. La excepción de la ETA tiene especial significado, porque su brutalidad terrorista nacía de una combinación de nacionalismo y marxismo-leninismo.
En otros tiempos los nacionalismos obraron en combinación con grupos revolucionarios. Hoy, estos últimos son secundarios, y los primeros se han convertido en el principal riesgo de desestabilización. El reto actual consiste en derrotarlos sin sacrificar a ello las libertades. No es nada imposible, si los partidarios de la democracia, y de la unidad española que la cobija, actúan con energía e ideas claras.
Número 17
Ideas en Libertad Digital
- La revolución frustrada de AllendeAlberto Recarte
- Un agravio mayorFederico Jiménez Losantos
- 11-S: Dos conmemoracionesJosé María Marco
- ¿Por qué Siria?Alberto Míguez
- La nulidad y el SupremoGermán Yanke
- Treinta años del Yom KippurJuan Gillard López
- Parásitos de las libertadesPío Moa
- Y si pasa, no importaCarlos Semprún Maura
- Hacia dónde va América CentralAlejandro A. Tagliavini
- Cincuenta años recordando el HolocaustoAntonio José Chinchetru
Reseñas
- Un libro muy oportunoPío Moa
- Unión Soviética, comunismo y revolución en EspañaPío Moa
- La libertad y sus resultadosAntonio Nogueira Centenera
- Jean d’Ormesson: Una fiesta en lágrimasRubén Loza Aguerrebere
- Clásico vivo y andanteRubén Loza Aguerrebere
- El Derecho Penal y sus contradiccionesGabriel C. Salvia
- Lección novelada de economíaDaniel Rodríguez Herrera
- En busca del crecimientoDavid Lombardía
- El oro de la memoriaRubén Loza Aguerrebere
- Un futuro liberalDaniel Rodríguez Herrera
- Ladrillos y productividad: el socialismo es una aberraciónAlberto Recarte
- El Real Madrid o la globalización del fútbolFederico Jiménez Losantos
- Los economistas del 98Francisco Cabrillo
- El capitalismo en seis westerns de John FordCarlos Rodríguez Braun
- ¿Cómo financiar una guerra?Gabriel Calzada
- Cien años de leninismoJosé Ignacio del Castillo
- Por qué mis amigos no quieren revisar sus ideas sobre la guerra civilCristina Losada
- Mengistu, la sangrienta vía etíope al socialismoFernando Díaz Villanueva
Es curioso observar como en sus "opiniones" se pueden restrear de manera clara y explícita las interpretaciones que dominan en su mentalidad y como consecuencia en su obra histórica. Recuerdo que usted sólo era un descubridor de hechos históricos, de fríos y objetivos hechos históticos. Las interpretaciones ("juicios de valor") se las dejaba a sus lectores. Sin embargo en su faceta periódistica tiene que "opinar", y del enfarragoso catálogo de acontecimientos seccionados en "su historia", se aclaran las interpretaciones que hay detrás suya y de sus segidores. Podrán ustedes llamarse liberales y antitotalitarios. Pero de sus ideas y fobias sólo se desprende una nueva forma de intolerancia (llámese como se quiera). Sea ingenua o interesada su "cruzada" es totalitaria. ?
Me ha parecido excelente su artículo. Como ciudadano sometido a las tropelías de la Generalitat no puedo hacer otra cosa sino coincidir con usted y felicitarle.
Para los lectores una pregunta maliciosa: ¿Sobreviviría la cultureta catalanista sin el sinfín de subvenciones directas e indirectas; medios de comunicación públicos a su entera disposición, pagadas por todos, con los impuestos?
Para quien no se quiera enterar le contesto. Hasta ahora no, pero a partir de a hoy no será necesario, con el dineral que van a recaudar mediante las multas que nos van a poner por usar el idioma español tentran suficiente. A razón de tres millones de personas por seiscientos euros de multa cada vez que se les ocurra semejante temeridad, la de usar el español en España, eso que se ahorra el erario.
¡Como aprenden! ¡Hasta conseguirán también ellos el déficit cero!
Un saludo al señor Moa y atodos los lectores.?
En ésto, y en casi todo lo que he leido publicado por Pío Moa, estoy completamente de acuerdo. Agradezco a Pío la posibilidad de hacerme entender la historia reciente de España y permitirme salir de los complejos que tenía.Conozco más, tengo más información, sé mas y creo que tengo más libertad de criterio. Gracias.?
Un análisis certero y valiente,para los tiempos que corren.Pero me temo que es predicar en el desierto.La gente prefiere ver "Cronicas Marcianas" antes que hacerse este tipo de reflexiones.Para estos casos recomiendo a Orwell en su novela "1984".?
desearía que dejara el ambiente liberal y volviera a su sitio en la extrema derecha española.?