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La Ilustración Liberal

La caza de brujas

Desde muy altas instancias, incluso diríamos desde las más altas, se ha desatado la caza de brujas contra la COPE, o, más precisamente, contra dos de sus figuras principales: Federico Jiménez Losantos y César Vidal, especialmente el primero. Con fariseísmo indecente, los que llamaban "asesino" a Aznar, extendían por toda España la kale borroka, atacaban sedes del PP y saqueaban centros comerciales bajo banderas anticonstitucionales y totalitarias, para terminar premiando a los asesinos del 11-M con la mayor victoria que haya podido obtener el terrorismo islámico… esos modélicos ciudadanos están tratando de amordazar a Federico, fingiéndose "escandalizados" por su lenguaje. Federico "insulta", dicen ellos. Por ejemplo, "denigra a los catalanes", dice el obispo de Gerona, porque no muestra el debido respeto a la mafia del Carmelo y el 3%, a los opresores de los castellanohablantes, a los montillas y caixeros

Federico es la voz que denuncia la corrupción y la traición desvergonzada a los intereses fundamentales de la España democrática, y por eso, dicen, "siembra el odio". Quienes trampean con la ETA, la han vuelto a legalizar de hecho, le ofrecen trozos de la soberanía española y del Estado de Derecho, claman que el lenguaje de Federico "crispa". Los que están incitando, ya muy directamente, al asesinato, le acusan de no guardar las formas. Aseguran que "incita al enfrentamiento", como si el deber más elemental de todos los ciudadanos amantes de la libertad y la unidad de España no consistiera en enfrentarse a tales chantajes y amenazas.

Pero ¿qué se ha creído esa gente? ¿Que la democracia, que tanto ha costado alcanzar, va a hundirse sin resistencia ante el chantaje de los corruptos y los balcanizadores del país, entre la frivolidad interesada de tantos otros sinvergüenzas, dispuestos a trepar donde sea y como sea, como hicieron en el franquismo y luego en la democracia? ¿Que se va a repetir el tiro de los terroristas a Federico amparado por la complicidad de los Pujol y compañía? ¿Que la libertad de expresión y las demás libertades, que nada les deben a ellos aunque ellos las parasiten insaciablemente, van a quedar indefensas, y el país va a evolucionar hacia el Méjico del PRI, suma de la corrupción y de la tiranía hipócrita? Creo que han hecho un mal cálculo. El conjunto de España no ha caído tan bajo, y la reacción a los desmanes de los liberticidas crece, aun si todavía resulta insuficiente. Por lo pronto, se hace indispensable ya una denuncia, un llamamiento y un manifiesto en defensa de la libertad de expresión, hoy tan amenazada en la persona de Federico, con la firma de los intelectuales y políticos realmente comprometidos con la democracia. Y que se vea dónde está cada cual. Eso, para empezar.

(Publicado en Libertad Digital el 21 de noviembre de 2005)