Los Príncipe de Asturias entronizan al gore Gore
La Fundación Príncipe de Asturias ha tenido a bien conceder su Premio a la Cooperación Internacional en su edición de 2007 al ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, de profesión hombre del saco michaelmoorificado, por su "decisiva contribución al progreso en la solución de los graves problemas del cambio climático que amenazan nuestro planeta". Gore, añaden los jurados, "es un hombre público que, con su liderazgo, ha contribuido a sensibilizar a sociedades y gobiernos de todo el mundo en defensa de esta noble y trascendental causa".
Hasta aquí la prosa solemnota de la FPA, que sirve poco más o menos para lo que servían las aldeas Potemkin. Y ahora, unas cuantas verdades inconvenientes sobre Su Goricidad, que diría el descacharrante Mark Steyn.