Contra la eutanasia
La eutanasia es suicidio asistido. Voy a exponer en este artículo: a) argumentos contra el suicidio per se; b) argumentos de pendiente resbaladiza: no es realista la regulación de la eutanasia como un supuesto excepcional, limitado a situaciones de sufrimiento extremo e incurable; la experiencia demuestra que, una vez derribado el principio de indisponibilidad de la vida humana, se tiende –como también ha ocurrido con el aborto– a la ampliación de la eutanasia, aplicada también a pacientes con dolencias no letales, o incluso a personas simplemente cansadas de vivir.
La polémica del suicidio
Albert Camus dijo en El mito de Sísifo que el del suicidio es el único problema filosófico serio. Se tergiversa a veces la historia filosófica del suicidio presentando al cristianismo como único impugnador teórico del supuesto derecho a disponer de la propia vida. Esto no es cierto: algunos de los más importantes filósofos no cristianos rechazaron la legitimidad del suicidio. En el diálogo Fedón (61b a 62c), Platón, por boca de Sócrates, parece suscribir "lo que se declara en los misterios [órfico-pitagóricos]", a saber, "que los humanos estamos en una especie de prisión y que no debe uno liberarse a sí mismo ni escapar de ésta", o bien "que los dioses son los que cuidan de nosotros y que nosotros, los humanos, somos una posesión de los dioses". En Las Leyes, Platón afirma que el suicidio es vergonzoso y que el suicida debe ser enterrado en tumba anónima, aunque reconociendo excepciones como el supuesto en que el suicidio es ordenado judicialmente (el caso de Sócrates) o el del suicidio exigido por "una desgracia personal extrema e inevitable".